David Bendayan
Escrito de David Bendayan

"LA VIDA PERRA DE JUANITA NARBONI" : UN EPÍLOGO (ÁNGEL VÁZQUEZ, Ediciones Cátedra)

Había oído hablar vagamente de Ángel Vázquez. La reciente lectura de "La vida perra de Juanita Narboni" fue una revelación y un deleite. Pude encontrarme de nuevo con ese universo tangerino, tan particular, que traté de evocar en mi libro "Une Jeunesse à Tanger", universo que el tiempo borró. Dicen que el mejor elogio es la imitación, sirva pues este modesto texto de homenaje al autor.

¡Qué calor! Este sol me está achicharrando el meollo. Y sin sombrero por que ya no se lleva... Con lo bonitos y prácticos que eran esos chapeaux de fieltro de Marinita y lo bien que me quedaban. La Mirna Loy de "Los mejores años de nuestra vida"... ¡Qué título! ¡Wuo por mí y por esos años! ¡Cómo se fueron! En mal y en sal... Así que va una despeinada, con una cabeza de loca con este levantazo. ¡Pobre Marinita! Y pensar que aquí tenía su tienda. No te digo, otro bazar. ¡Cómo se está quedando esto! Las Mil y una noches. Si al menos pudiera comprar una alfombra mágica y volarme lejos...¡Tienes tantos pájaros, Juani! Y ésa es tu tragedia, la imaginación. ¡Qué sol! "Cuando calienta el sol... siento tu cuerpo vibrar..." Basta, desgraciada, basta..Aleja esos pensamientos indecentes... A estas alturas... Pero es que, a veces, en la playa, cuando veo esos jiales jugando al fútbol siento que me entra por el cuerpo un escalofrío, una amargura y me dan ganas de llorar. ¡Cállate, hija! No te pongas sentimental "Ya todo aquello acabó, ya se perdió en el olvido..."

¿ Quien será ésa, toda enlutada, que sale de la Purísima a estas horas? Me hace señas. Se acerca. No distingo bien. Tengo la vista tan cansada. Mañana, sin falta, voy a don Jesús. Sonríe, Juani, sonríe. ¡Olimpia! ¡Que alegría! ¡Tanto tiempo sin verte! Con esa cara picada de viruela y toda de negro, parece una bruja. Me da miedo. Una misa para el difunto. Ya van diez años. El Señor le tenga en su gloria. Sí, tan noble, tan caballero. Un don Juan, un mujeriego que arruinó a su familia entre cabares y tanguistas. Y no es un secreto, hecho notorio y público. Pero mi boca cerrada, la verdad oculta...Todo para adentro. ¿Por qué me mira así? Hamsa,hamsa. La cara cansada ¿Qué quieres? Los años no pasan en balde y esta solina no ayuda. Lo que quieres decir es que tengo mala cara, que he envejecido. ¡Qué negra! ¿Elena? Vive en Casablanca. No, está casada. Mala lengua. ¿Por qué será que todos se meten en mi vida? Bueno, te dejo, Olimpia, fue un placer. Cuando quieras, me telefoneas. Con tal que nuestros caminos no se crucen jamás. Pájaro de mal agüero. Amargo encuentro.

¡Por fin, en casa! ¡Qué fresquito! Abriré las persianas. Hamruch, cada día la echo más de menos ¿Dónde estará esa menloca? Tantos años, tan fiel, tan puntual. Y, de la noche a la mañana, volatizada ¡Que suerte tan preta! Pondré agua a calentar. Un vasito de té me hará bien. ¡El teléfono! ¿Quién será? Cada vez que ese negro suena me arranca el alma y me pongo a temblar. Seguro. Otra mala noticia. Cómo si no hubieran bastantes. ¡Bella, ma chérie! ¡Qué sorpresa! Pero ¿dónde estás? En Montreal. Se me había olvidado. ¿Cómo estás, mi reina? Cuanto me alegro ¿y los niños? Sigo llamándolos niños, aunque ya son hombres hechos y derechos ¿Y León? Ya. No me extraña que le hayan ofrecido ese trabajo. Tu marido siempre fue inteligente y honrado. Entonces, por el momento, no regresas. Comprendo. Pensáis instalaros allá definitivamente. Será por bien. No, no lloro. Es que estoy un poco enrhumée. Con este maldito levante. ..Aquí, tirando... Algo cansada, achaques de la vejez. C'est gentil. Siempre fuiste una amiga sincera y cariñosa. ¿Por aqui? Fatal. La vida se hizo muy dura y cara. Todos se están yendo. Unos para Bubana, otros para el extranjero. Te ríes. No cambias. Mi bueno, no quisiera abusar. Las comunicaciones cuestan un ojo de la cara. Yo también. No hay un día en que no piense en ti, en aquellos tiempos, en tus incomparables marronchinos. Cuídate mucho. Adiós, Bellita. Recuerdos a todos. Je t'embrasse. El corazón me lo decía. Terminaré por cortar ese teléfono. Para lo que me sirve. Cajarás nada más. Creo que en vez de té voy a tomarme un traguito de whisky. Después de tantas emociones. Me animará. Hasta Bella. Sola, Juanita, irremediablemente sola. ¿Qué será de mi? Es que tampoco sirves para tener la compañía de un perrito o de un gato ¿Un gato? ¡Dios santo! Lo que me faltaba que viniera Reina todos los días para darle de comer. ¡Que soledad! Tú tienes la culpa, mamá. Todavía podías estar junto a mí. Sí, viejecita, toda arrugadita como una pasa. Pero a mi vera. " Toda una vida te estaría mimando,te estaría cuidando...." Todo sería tan diferente. Si al menos esa malograda de tu hija, esa deshonra de la familia, escribiera o telefoneara. Si al menos entrara por esa puerta .Pero, nada. Silencio. ¿Te acuerdas, mamá, de esa obra de teatro que habíamos visto en el Cervantes La casa de Alba, me parece. Al caer el telón, te pusiste a sollozar, sin parar. Me asusté. Pensé que te iba a dar un ataque. ¿Te acuerdas tú de esas frases? Era algo como: "A callar he dicho... nos hundiremos en un mar de luto...¡Silencio, silencio!" Estoy llorando. Basta Juani, de llantos y de delirios. Te estás enloqueciendo. Para mí se quede este día. ¡Ea, otro trago! Qué placer! Los ojos se me cierran... Voy a tenderme un ratito...Cerraré las persianas.